Día 43. Sin novedad en el frente.

Ayer volví a juntarme con la muchacha de antes de ayer. Nos fuimos a cenar, pero esta vez planificado y en el comedor de la residencia que no está el horno pa bollos. Esta semana, con las tonterías, me he dejado dos comidas sin hacer. El caso es que mientras esperábamos pa la hora de la cena hablamos algo de música, como la chica toca el saxo y el clarinete y los tiene aquí los dos, decidimos irnos al aula de música después de cenar y toquetear un rato. Estoy empezando a pensar que aquí en la residencia todo el mundo tiene un instrumento guardado menos yo...

El caso es que mientras cenábamos nos encontramos con otra chica que yo no conozco pero que ella sí y que resulta que también es músico (piano) por lo que terminamos los tres en el aula de música. Al principio el plan era hacer algo de improvisación tocando yo el saxo (con la de años que llevo sin coger el mío...) la chica 1 el clarinete y la chica 2 el piano, pero no sé muy bien como, terminamos cantando polifonía española del renacimiento. Aunque nos faltaba un tenor, yo creo que cantar la música de Victoria con dos chicas americanas fue uno de los momentos más mágicos que he vivido desde que estoy aquí aunque a primera vista, pues desafinábamos como bellacos. Pero claro, a mí Victoria, me gusta mucho.

Y nada más, eso era lo que os iba a contar hoy.

Mañana más.
:)

La foto es de la parte de atrás de la residencia, que tenemos un sitio así, pa sentarse y echar la tarde. La hice probando las pijadas que trae la cámara. La foto está tal cual, sin usar fotoshop.

:)