17 septiembre 2008

El regreso (y II)


Pues nada. Allí en Tel Aviv, después de publicar la entrada, me desconecté para tomar un café, y luego me fui a dar una vuelta por el aeropuerto. Me sorprendió que hubiera tanta gente en las salas que no eran donde estábamos nosotros. En un momento se me ocurrió salir a la calle, porque hacía mejor temperatura que dentro, y cuando quise volver a entrar me topé con un guarda de seguridad que si quien era, que donde iba, que mi pasaporte. Yo le tuve que decir que el pasaporte me lo había dejao arriba, que solo había salido a dar una vuelta. Pero no me creía así mucho. Menos mal que tenía el DNI le dije que si le bastaba, y bueno, despues de mirarlo, pasarme un detector de metales, y quedarse algo intranquilo, me dejó pasar.
Entonces volví a subir arriba, y cuando llegué, había un chaval conectado con mi portatil. Resulta que el tipo se tenía que ir a Estados Unidos, y no tenía la dirección de residencia allí. Cuando había ido a embarcar se la habían pedido, y al no tenerla, pos no le habían dejao. Entonces había visto a padre, y le había pedido el portatil para mandarle un mail a su contacto en USA y esperar respuesta. Por alguna razón extraña, no podía llamar por telefono. El caso es que la respuesta no llegaba, y nosotros tuvimos que embarcar por fin. Pero la cola era infinita, y solo había una muchacha para facturar los equipajes. Ya sabíamos que el avión salía con retraso (una hora y media al final) así que no nos preocupaba demasiado. Y de todas formas, ¿Qué íbamos a hacer?. Despues de dos o tres horas en facturación, nos tocó el turno, metimos las maletas sin ningún problema y nos fuimos corriendo al avión, que salió prácticamente en el momento que llegamos.

Cuatro horas y media despues, aparecimos en Barcelona. Yo apenas había dormido. A alguien se le ocurrió que aunque quedaban aún 7 horas para el embarque, quizá pudieramos facturar las maletas ya, y así lo hicimos. Nunca he sabido por qué, pero pudimos facturar (con la de veces que me han echao pa trás,porque queda media hora para que se abra...)

El caso es que una vez facturados, hablé con mi amigo Dylan, y quedé con él en el centro de Barcelona.

Cogimos unas bicis de alquiler, de estas que hay por todo Barcelona, y nos fuimos a un restaurante vegetariano que estaba muy bien, y además era de tipo buffet. Como a la salida quedaba tiempo, pues volvimos andando, charlando, y organizando nuevos viajes (alimento de blog...). Cogí el cercanías, y de nuevo al aeropuerto. Otra vez controles, quitese usted los zapatos, el cinturon, etc. y yasta.

Llegué a la puerta de embarque, y poco después me subí al avión. Cuando llegamos a la altura de vuelo normal, pues me fuí patrás, porque había asientos vacíos en ventanilla. Pero me dormí. Al despertarme, estabamos sobrevolando Valencia. Me dije: Voy a ver si veo Jabalquinto!. Pero me quedé dormido otra vez, y cuando me volví a despertar, estábamos en Granada. En fin. Cosas del avión.

Luego llegamos a Málaga, cogimos un tren, y al llegar a la estación, me encontré con Pascual, que venía en el mismo tren. Les dije "hasta mañana" a padres y hermano, y me vine para la casa.

FIN

15 septiembre 2008

El regreso (I)

Pues dije que no me conectaría, pero como hay wifi gratis en el aeropuerto, pos me conecto. ¿Qué pasa?
Además, es mi blog, así que yasta.
El caso es que no sé que decir. Esta mañana he estao en el centro de Jerusalem, porque la familia quería comprar regalos para los amigos y familiares, y al final, nos hemos emocionado tanto que hemos tenido que terminar comprando una maleta para meter todas las cosas. Y eso ha sido lo más divertido. Por que despues de probar varios sitios, hemos terminao en una tienducha de un tipo que pedía 200 Shekalim por una maleta pequeña y fea (al cambio, unos 40 €) le hemos dicho que se fuera a paseo. Pero ahí ha empezado el regateo. Que si no te doy más de 50 Sh (10€) que si tal que si cual, al final lo hemos dejao en 80 Sh (14€ más o menos)
Total, que le doy al tipo un billete de 100 y me suelta que vale que gracias que entonces 100. Yo diciendole que habíamos quedao en 80 que si tal que si cual. Al final, me ha devuelto 10 Sh, con tan mala leche de que me ha dao 10 monedas.

Total, que nos hemos ido a un banco a meter las cosas en la maleta nueva, y a esto que viene el tipo, diciendo que su padre le ha dicho que no puede vender la maleta por 90€, y que se le devuelva. En esto que yo me huelo algo raro, y le digo que muy bien, que me dé antes el dinero. ¡Y no quería! Entonces le he dicho algo así como:
-No hay dinero, no hay maleta. Y ha estado pidiendo 5 Sh más, y al final se ha ido.
Locurón

Luego hemos comido, hemos vuelto al hotel, hemos hecho tiempo, hemos hecho más tiempo, hemos pedío un taxi y nos hemos venido al aeropuerto. Y aquí estamos, haciendo más tiempo, que el avión sale a las mil.

Mañana haremos escala en Barcelona.

Ya os contaré.
Ciaooo!!!1

14 septiembre 2008

Día 8. La boda.

Por fin llegó el gran día. El motivo real de este loco viaje a llegado. Helena dejó de ser soltera. Estaréis esperando los detalles de la ceremonia, el vestido, los invitados, saber si nos encontramos con Moratinos… Pero al fin y al cabo, es la boda de mi hermana, y no creo que sea conveniente contar aquí los detalles. No sé. Quizá esté equivocado, pero es algo personal, y no precisamente mío. Ha sido bonita. Muy bonita. Eso sí os lo digo. Pero ya está. Nada más. Os chincháis y se lo preguntáis a ella. Que está muy bien eso de que se lo digan a uno todo. Ea.

Mañana no me conectaré, porque es el viaje de vuelta y será un follón. Pero pasado, supongo que sí, y ya contaré detalles del viaje y todas esas cosas.

Y hoy ni hay foto tampoco.

Estoy en huelga.

13 septiembre 2008

Día 7


Hoy, como es día de descanso, pues nosotros también hemos descansao. Ala. El caso es que desayunando, alguien me ha dicho de ir a la puerta de Jaffa que es la que me falta, para hacer la séptima foto y yo he dicho alegremente que sí, que vale. Pero cuando íbamos a mitad de camino, misteriosamente han cambiado los planes, y hemos ido a nosedonde. Primero a la gran sinagoga de Jerusalem, y después a un mirador que tampoco tenía nada del otro mundo. Hemos vuelto al hotel, NO hemos comido, y luego como no había nada que hacer y aquí está todo cerrado, pues me he bajado a la piscina. Pero me estaban mordiendo los bichos y me he subido. Luego Helena se ha ido con las muchachas a nosequé cosa que tiene que hacer a la que solo pueden ir mujeres. Y aunque lo parezca, no es una despedida de soltera. Es otra cosa rara.

Nosotros nos hemos quedao solos y nos hemos ido a cambiar dinero al centro y a cenar, porque ya abren los sitios por la noche. Pero la casa de cambio no ha abierto. Así que solo hemos cenao.

Ea. Mañana no sé si me conectaré, porque cuando compré la conexión wifi lo hice por dos horas a gastar en 7 días, y el séptimo día es hoy, así que no sé si me podré conectar mañana. Aunque, de todas maneras me guardaré 9 minutos para intentar colgar el post.

Cuando seguro no habrá post será el lunes.

Ea, chiquitines. Hasta pronto.

12 septiembre 2008

Día 6


Como ayer se separó el grupo, hoy nos hemos unido más que nunca. En concreto nos hemos unido a parte de la familia de Alberto. Su madre, sus hermanos y sus sobrinos. Curiosamente, él no venía. En total éramos 14. Así que hemos alquilado una furgoneta gigante que nos cojía a todos, y nos hemos ido en dirección “Mar Muerto”. Por cierto, antes de seguir: Enhorabuena a Estefanía por su aprobado en… ¿Derecho tributario?. Bueno. Hecho el paréntesis, sigo por donde me quedé. Que íbamos en dirección Mar Muerto, cuando paramos en una fábrica de cremas y productos estos para la piel. Porque claro, venían muchas muchachas con nosotros (y no tan muchachas) que querían comprar cosas de belleza. Yo aproveché para comprar una cosilla para Roca, que me había escrito diciendo que se gradúa el sábado, e invitándome a la fiesta de graduación, pero como no podré ir, pos me he dicho: Mira tú, le llevo esto y se lo mando por correo, que seguro le gustará.

Pues nada. De allí nos hemos ido a otro sitio que es famoso. Parece ser que en su momento, fue un castillo que se construyó Herodes, para echar allí sus siestecillas. Ahora es un puñao de piedras, pero está muy bien. Además, estaba en alto, y se veían unas vistas preciosas. Con el mar Muerto a los pies, y las montañas de Jordania al fondo. Lástima los casi 60 grados que haría allí. El caso es que se podía subir en teleférico, porque aquello estaba muy alto, pero por una serie de circunstancias que ahora no vienen al caso, tuvimos que bajar andando. O más bien, corriendo, porque la gravedad tira pabajo que es algo.

Una vez abajo, vendían zumos de naranja recién hechos con hielo que sentaban la mar de bien. Pero como apenas teníamos tiempo, pues tuvimos que coger el autobús a todo correr, para llegar al Mar Muerto antes de que cerraran. Bueno, no cerraban el mar, pero había que estar en Jerusalem antes de que anocheciera, porque aquí el día de descanso, como sabréis es el sábado, que en verdad empieza antes, empieza cuando se pone el Sol el viernes por la noche, y aquí, se lo toman en serio eso de descansar. No como en España.

El caso es que al final en el mar Muerto sólo hemos parado media hora. Pero ha estao guay. Allí sólo puedes hacerte el muerto, porque la concentración de sal puede ser muy dolorosa si te salpica en los ojos, y si tratas de estar de pie, la misma densidad te tira de los pies parriba. Es una sensación extraña. Evidentemente, no hay vida. Ni peces, ni algas ni na. Pero hay sal por allí enganchá en las piedras y estas cosas.

Bueno, no os aburro más. El final os lo podéis imaginar.

Hasta mañana.

11 septiembre 2008

Día 5


Decididamente, el grupo se ha separado.

Hoy teníamos previsto ir al mar muerto, para comprobar si es verdad que se llama así porque te puedes hacer muy bien el muerto, pero Helena tenía asuntos que arreglar, tenía que hablar con un rabino o algo así, y no podría ir, por lo que se decidió aplazarlo para mañana. Los demás, nos quedábamos algo desangelaos. Yo en realidad tenía ganas de hacerme siete fotos en las siete puertas de Jerusalem, y así lo había hecho saber, pero a la familia, no le apetecía andar demasiado. Y menos para ir otra vez a la ciudad antigua, que ya habían dicho que nunca más (gente rara hay en todo el mundo…). El caso es que padre dijo que me acompañaba y los demás dijeron que se quedaban en la piscina del hotel, hasta las dos, hora en la que aproximadamente partirían para Tel Aviv. (Si piensas, querido lector que esa es la hora de comer y que vaya hora más rara de ir a ningún sitio, acuérdate: Aquí no se come).

El caso es que nosotros nos hemos ido a la ciudad vieja. Hemos empezado por New Gate, que es la más fea de todas, luego la puerta de Damasco, Puerta de Herodes y Puerta de los leones. Cuando nos dirigíamos hacia Dung Gate, vimos al otro lado del valle que había un montón de turistas y gracias al mapa, pudimos intuir que se trataba del monte de los olivos. Digo intuir, porque aquí los mapas están hechos de aquella manera, y uno nunca sabe lo que se va a encontrar si se fía del mapa. Por tanto, hay que usar la intuición. Pero bueno, como teníamos allí el monte de los olivos, (que dicho sea de paso, es un cementerio) y había muchos turistas, pues bajamos al valle, y subimos el monte. Desde arriba había unas vistas preciosas. Toda la ciudad, y la mezquita famosa, y tal. Pero la caminata nos había dejado sin agua. Le preguntamos a un tipo que había por allí (en la puerta de un hotel) y nos dijo que él podía vendernos. En verdad era un conductor de autobús, y nos dio agua de la nevera del autobús. Y mira tú que casualidad. Agua Nestlé, pero eso sí, salvo el Nestlé, todo lo demás, en árabe.

Luego nos dimos una vuelta por allí, y bajamos por otro lao. Una vuelta grande. Sí. Y hacía calor. Mucho calor. Y Sol. Y me he quemao los brazos y el cuello. Pero bueno. Ya bajamos otra vez al mismo sitio, después de nosecuantas horas, y me hice la foto en Dung Gate y en la Puerta de Zion. Me quedaba solo Jaffa Gate, pero en ese momento, se nos ocurrió volver por otro lao, para encontrar la estación de tren y preguntar horarios para el mar muerto, pa si por si acaso. Pero cuando quisimos llegar, resultó que la estación de tren ya no está donde decía el mapa, sino que se la han llevao a otro sitio. Así que emprendimos regreso a casa. En verdad acabamos de llegar, y no sé como tengo fuerzas para escribir en el blog. Pero bueno, mereció la pena.

10 septiembre 2008

Día 4


Yo me quería haber ido a Petra en un coche de alquiler. Pero ayer, llegado el momento, se montó un follón familiar, que al final pasé. Pero el caso es que no había nada organizado para hoy, porque Helena tenía noeké pruebas de la peluquería, madre quería ir con ella, y los primos querían ir a la piscina del hotel. Cágate. Total, que a mí se me ha ocurrido la brillante idea de decir en el desayuno que tenía que lavar ropa, así que me han endosao una bolsa de ropa sucia y me han dicho. Bueno, ya que vas, lava también lo nuestro, y así aprovechas el dinero. Y me he pegao una mañana de lo más divertido. Fui a la primera lavandería, y la máquina del jabón no funcionaba, por lo que fui a la segunda, que estaba cerca. En esta, me pedía dos shekels, y empezó a tragarse monedas hasta que desistí. Entonces, desesperanzado, me vine pal hotel, pero a mitad de camino, se me ocurrió que quizá, ya que estaba allí, podía comprarme un detergente, y usarlo. Ya lo terminaré en Málaga. Me compré una caja de Colón, que no sé si será pa blanco o pa color, porque todo estaba en hebreo, salvo el nombre de Colón, y así lavé la ropa.

Luego llegué al hotel, y tras un rato sin hacer nada, decidimos poner rumbo a alguna parte. Entre todos decimos ir a algún museo. Aunque en realidad yo no decidí nada, porque estaba cabreado y dije que lo que dijeran los otros. Bueno, no sé si dije algo o sólo refunfuñé. El caso es que terminamos en el museo de las tierras bíblicas. Una especie de museo arqueológico, pero que todo tiene relación con el antiguo testamento. Y estaba muy interesante. Pero por alguna razón, lo de que era interesante solo nos lo pareció a padre y a mí. Primero porque aquello estaba más vacío que un colegio el día de navidad, y segundo porque toda la familia (exceptuándonos a padre y a mí, evidentemente) lo ha visto en media hora y se han ido. No les ha debido de gustar mucho. Padre y yo nos hemos quedado más rato. Luego también había una exposición de música, pero de la antigüedad. Lo que pasa es que instrumentos originales no había. Reconstrucciones, y figurillas de tipos tocando cosas. Pero estaba muy interesante.

Cuando terminamos, fuimos a cenar y al hotel.

En respuesta a vuestras respuestas: Lasagna lo escribí con gn, para ponerlo en su lengua original, pero olvidé la cursiva (y tal vez una s, no tengo ni idea). El museo del holocausto no lo vi. Estaba cerrado cuando llegué. La poesía está guay. De hecho, la escribí yo, no sé quien demonios me habrá plagiado :p . Y yastá.

Un abrazo a todos todas, y hasta mañana.

09 septiembre 2008

Día 3


Existen.

Tengo que decir, que el destino final de nuestro viaje era Jerusalem. Como hablaba de que llegamos al aeropuerto de Tel Aviv, quizá no haya quedado muy claro.

El caso es que hoy he visto dos de las cosas más famosas de Israel: El Muro de las Lamentaciones, y la sección femenina del ejército israelí. Y las dos a la vez, sin tener que pagar entrada. Pero vayamos por partes.

Hoy me levanté tarde, un poco mosqueado y sin mucho hambre, así que no desayuné demasiadas cosas. Después volvimos a entrar en la ciudad antigua para buscar el muro de las lamentaciones. Estuvimos dando vueltas por la ciudad vieja, intentamos entrar también en la explanada de la mezquita, pero ya estaba cerrada cuando llegamos, y eso que llegamos a las 12:00 o así. Después, seguimos buscando el muro, y entramos sin problemas. Allí estaban las muchachas del ejército. Por lo que me pareció escuchar a un guía argentino, cuando terminan una instrucción, se las llevan allí de excursión. No sé si con los chicos harán lo mismo, porque tampoco era cuestión de preguntarle al guía allí.
Estuvo bien aquello. Separaban a las mujeres de los hombres, y a ellas no las permitían entrar con los hombros descubiertos.

Después, a la salida, pues nos fuimos a ver el museo de la Torre de David. Estaba muy bien, era una auténtica fortaleza, pero tuvimos la mala suerte de que la cerraban a las 16:00, y sólo tuvimos una hora y media, por lo que nos dejamos cosas sin ver. Lo malo de ir de visita un grupo de 9 personas es que se pierde una cantidad de tiempo que roza el infinito. Pero bueno, luego uno tendrá otras ventajas. Mientras estaba en la torre de David, me afectó el síndrome del turista despistao, también conocido como síndrome Bragado, y es que me quedé sin batería en la cámara de fotos (por no cargarla por la noche…) Helena nos dijo de ir a un centro comercial que había por allí, porque en verdad ella tenía que hacer noeké cosa, pero terminamos tomando algo en un bareto, aunque yo no tenía hambre, ni ganas de comer, porque me había comido una especie de Kebab gigante hacía dos horas.

Luego estuvimos otras dos horas discutiendo que hacer a continuación, y terminamos entrando en un restaurante. Aquí ya me había entrado algo de hambre, y me tomé una lasagna con una copa de vino, pero los otros 7 no comieron nada, y el cheff se mosqueó un poco. Pero bueno, que le vamos a hacer. Yo tenía hambre.

Entonces nos fuimos para el barrio armenio (porque la ciudad vieja de Jerusalem esta dividida en el barrio Cristiano, el Musulmán, el Armenio y el Judío). Este barrio era bastante soso. Tenía dos puertas por donde se bajaba de la muralla, pero ninguna para subir, lo cual es bastante extraño (también puede ser que yo no viera la puerta de subida, pero esa es otra historia). Llegados a este punto, la gente empezó a decir que si tenía cansancio, que si les dolían los pies, que se querían ir a casa… Yo les dije que me parecía muy bien, que yo me quedaba solo. Así que se fueron todos, y yo me metí de lleno en el barrio Judío. Estuve dando vueltas por allí, intentando perderme, pero sin lograrlo. Y al final, cuando encontré la salida, de la ciudad, me fui pal hotel. Tenía intención de tomarme un café, cuando me encontré a toda la familia, que venían de noedonde, y me fui con ellos.

Poco más, me duché, y escribí mi entrada diaria.

Hasta mañana!!

08 septiembre 2008

Día 2


Hoy el día ha sido más normal.

Por la mañana hemos bajado a desayunar al hotel. El desayuno está incluido en el precio, y además es buffet libre, así que me he aprovechado un poco. Para más inri, a alguien se le ha ocurrido la brillante idea de tomar un desayuno fuerte a media mañana, para así poder saltarnos la comida. Y la verdad es que es buena idea, porque muchas veces, estás viendo algo, y en el momento más emocionante te entra hambre, y ahora que si hay que parar pa comer que si tal, y al final uno termina viendo las cosas con hambre, y cuando se decide a ir a comer, ya está todo cerrado y se tiene que comer un bocadillo de queso que además está malísimo.

Así que esta vez me he preparado bien, dos cafés, un plato de ensalada, tarta de queso, un par de tortitas, un tazón de cereales, dos huevos… vaya, hasta que han empezado a llevarse la comida. Pero ha sido suficiente, aunque ahora ya tengo algo de hambre.

Después, Helena y Alberto se han ido a hacer cosas, y los demás, nos hemos ido a visitar la ciudad antigua. Al entrar, nos asaltó un tipo diciendo que nos podía hacer de guía, en español, por 100 shekels, por persona (unos 20 euros). Cuando le dijimos que eramos siete, nos ofreció hacernos una rebaja, pero en verdad no queríamos guía. Así que el supuesto guía sed quedó rebajando cada vez más el precio, y diciendo que nos arrepentiríamos de no contratar guía, porque nadie nos contaría (léase nadie se inventaría) la historia de la ciudad. Así que entramos en el meollo. Tienduchas, tienduchas y más tienduchas. Todas para turistas. Era como un zoco (creo que era como un zoco, en verdad no estoy muy seguro de lo que es un zoco). Me he comprado un sombrero, que me hacía falta para el Sol, y una camiseta. El caso es que no he regateado y yo creo que esa gente esperaba que regateara, pero no se. En fin…Al principio estaba bien, además había una diversidad cultural muy divertida. Podías encontrar tiendas de cualquiera de las tres culturas que conviven aquí en cualquier momento. He incluso tiendas con cosas mezcladas. Pero estuvo bien. Luego fuimos al santo sepulcro, pero había mucha, mucha gente. De todas formas, no importó. El edificio estaba muy bien, antiguo y tal, y se podía bajar un poco a las catacumbas, y verlas y bueno, hice algunas fotos. Luego no sé muy bien a cuento de qué, si sería una misa o algo así, pero un grupo de ¿monjes? empezaron a cantar en una habitación contigua a la sala grande donde estaban todos los turistas, y alguien mientras tocaba el órgano. Pero la sala donde cantaban estaba cerrada, y había otro monje en la puerta, controlando. Estuve escuchándoles un rato, y luego me salí.

Estuvimos paseando un rato más, la familia aprovechó para comprarse cosas, y finalmente, más por ganas de ir al servicio que por otra cosa, entramos padre, hermano y yo, a un local a tomar una cerveza (bueno, Ezequiel se tomó una cocacola) y los demás, que dicho sea de paso son unos sosos, no quisieron ni siquiera entrar.

Así que cuando salimos, madre, hermano y prima marijose, se volvieron en taxi, para aprovechar la piscina del hotel. Los demás, emprendimos el camino andando. Por el camino, pasamos por una oficina de Hertz, y preguntamos precios, por si me da por ahí (seguramente, mañana). Luego hablamos de ir a El Cairo, o a Petra…., el caso es que poco después, primo y prima se demarcaron del grupo y dijeron que ellos también se volvían para el hotel, por lo que nos quedamos solos padre y yo. Fuimos al museo del holocausto, y al museo del libro, pero cuando llegamos, ya estaba cerrado, así que emprendimos camino de regreso.

07 septiembre 2008

Día 1


El viaje lo hicimos bastante bien. La escala en Barcelona fue un poco larga y aburrida, más que nada porque el nuestro era el único vuelo que salía de allí en 6 horas a la redonda (lo malo de salir a las 3 de la mañana de un aeropuerto chiquitito) y claro, aquello estaba vacío, las tiendas estaban cerradas, y no se podía hacer nada más que esperar. Lo bueno es que si encontrabas a alguien sabías que con seguridad volaría contigo a Tel Aviv, y no hacía falta ni siquiera mirar los carteles. Lo más llamativo de todo, fue que siendo el único avión que despegaba en 6 horas a la redonda, no lo colocaran en ninguna puerta de embarque, y nos llevaran en autobús al centro del aeropuerto. Pero bueno, cosas peores se han visto.


A Tel Aviv, llegamos temprano en la mañana. Cogimos un taxi para 10 personas que ocupamos en exclusiva (aunque se nos intentaron colar dos tipos (con lo que sumaríamos 11) pero Helena sacó los dientes, y el taxista tuvo que pedirles a ambos que se bajaran). Total que cuando llegamos al Hotel, nos dijeron que no podíamos entrar hasta las 15:00 y que aún no estaban las habitaciones listas. Por tanto dejamos allí las maletas, y nos fuimos al centro a desayunar y cambiar dinero.


Nos dieron un desayuno típico israelí que consiste en… una ensalada!! con una especie de bocadillo de queso fresco fundido y rodajas de tomate, y todo acompañado de un café con leche (bueno, eso es lo que me pedí yo, otra gente se pidió otra cosa), y el caso es que estaba bueno. Además, la ensalada tenía una especie de salsa de yogur que molaba bastante.


Luego, como estábamos bastante cansados, decidimos volver al Hotel, para ver si tenían aunque fuera una habitación y entrar todos a descansar en plan comuna, o si no, quedarnos en los sillones de la entrada, pero nos dijeron que había no una, sino dos habitaciones libres, y que las otras tendrían que esperar.

Cuando subimos, resultó que las camas eran de matrimonio, cuando en la reserva habíamos pedido expresamente que fueran dos camas separadas. Así que llamamos a recepción para pedir aunque fuera un puñao de camas supletorias. Nos dijeron que no había problema, y mientras las esperábamos en una de las habitaciones apareció una cucaracha gigante, que enseguida se escondió asustada. Cuando llegó el de las camas supletorias lo que traía en realidad eran colchones, que tiró al suelo, les puso una sabana y una manta (una manta! Con el calor que hace!!) a cada uno y se marchó. Total, que entre la cucaracha, el colchón en el suelo y la escasez del servicio, entre todos decidimos largarnos de allí. Llamamos a otro hotel cercano, que dijo de acogernos, aunque sería algo más caro. Así que bajamos todos con nuestras maletas, y les dijimos adiós. Antes nos mandaron una especie de negociador que se disculpó, nos dijo que despediría al tipo de los colchones en el suelo, que si tal que si cual (de la cucaracha no dijo nada) que si qué podía hacer para que nos quedáramos… pero nosotros le dijimos que ya que nos habíamos puesto de acuerdo 8 personas en algo, que no ibamos a cambiar de idea.

Llegamos al otro hotel, que se llama Ramada, o algo así, y después de una hora más o menos luchando para poder pagar las habitaciones (porque debían de tener algún problema en el lector de tarjetas) nos pegamos una ducha, y nos echamos una siesta gigante. Cuando desperté, ya era de noche. Al poco llamaron a mi puerta para salir a cenar, y nos fuimos a un sitio de estos “con encanto” aunque un poco dejao, a comer cous cous (como siempre eso fue lo que yo pedí, aquí cada uno se pidió una cosa). Luego dimos un paseo pequeñito, y al hotel “again”


Y eso ha sido el día…

06 septiembre 2008

Viaje a Israel. Día 0 (salida)



Hoy comienza un nuevo viaje.
Esta vez no voy solo, vienen mis padres, mi hermano, tres de mis primos, mi hermana y su prometido, que son los que nos arrastran a todos hasta allí.
Esta mañana creía que me quedaría en tierra, porque fui a buscar el pasaporte, y no estaba donde debería de estar. Y mi casa es como las grandes bibliotecas. Cuando colocas mal un libro, puedes darlo por perdido. En mi casa pasa algo parecido. No porque haya muchas cosas, sino porque están desordenadas. Pero lo he buscado y por fin ha aparecido. Menos mal; habría que haber visto la cara de mi familia cuando les explicara que no podía ir porque no aparecía el pasaporte.
En fin. Que ahora tengo que hacer la maleta, recoger a mis primos en la estación, llevar una solicitud de trabajo a correos, comer y quedar con un amigo, y tengo poco tiempo para todo ello. De todas formas, quiero probar a colgar fotos, a ver como se me da.

Hasta pronto!!