La anécdota del día

Pues resulta que hoy iba andando por la calle, tranquilamente, y me he encontrado a un ciego en el semáforo.
Ha apretado el botón sin titubear, ni palpar el semáforo, pero no le he dado importancia. "Qué bien lo tiene aprendido!" he pensado, y luego ha echado a andar, más deprisa que yo, que no iba con prisa, iba más bien despacio. Y tampoco le he dado importancia. Entonces, en el siguiente semáforo ha aparecido otro hombre, grandullón, de estos que te imaginas en el bar tomándose una caña con los amigotes. Y cuando el ciego ha echado a andar, ha empezado a gritarle en mitad de la calle:

-¿Qué pasa contigo? ¿Tú no estás ciego! ¡Andas más deprisa que yo! ¡No titubeas!  ¡Quítate esas gafas que llevas!

y el otro le contestaba a media voz:

-¿Tienes algún problema?

-¡¡Sí!! ¡Tengo un problema con la gente como tú que se dedica a robar el dinero al gobierno! ¡Quítate esas gafas!

Y luego, el hombre que veía, se dedicaba a ponerse en el camino del ciego, que curiosamente no se chocaba con él, sino que lo esquivaba.

-¿Ves? tú no estás ciego! Estafador!!

Y así han seguido un rato. Uno gritando, otro diciendo que si el primero tenía algún problema, y yo pensando en si cambiarme a la otra acera. Lo que pasa es que el grandullón no tenía pinta de querer problemas, sólo que como era muy grande, pues gritaba mucho. Y el ciego, pues estaba ciego, o fingía que lo estaba, así que yo pensé que cruzar a la acera de enfrente no tenía tampoco mucho sentido.

Luego ha pasado una chica en un todoterreno, y le ha increpado al hombre que gritaba, pero este ha seguido gritando:

-¡Este hombre no está ciego! es un mentiroso! y esas cosas.

Entonces la chica, también dandose cuenta de que el tipo no era violento, pues se ha ido, y luego el hombre que grita, en la siguiente esquina ha girado a la derecha, y el ciego? y yo hemos seguido recto.

Y ahí ha terminado la anécdota del día.

Ahora estoy tomándome un café en "Coffee Beam", que me gusta más que Starbucks, pero que me pilla también algo más lejos de casa. Y enfrente de mí, hay un montón de gente trajeada, y está la televisión y no sé a cuento de qué.

Así que yastá.
Ea