08 septiembre 2008

Día 2


Hoy el día ha sido más normal.

Por la mañana hemos bajado a desayunar al hotel. El desayuno está incluido en el precio, y además es buffet libre, así que me he aprovechado un poco. Para más inri, a alguien se le ha ocurrido la brillante idea de tomar un desayuno fuerte a media mañana, para así poder saltarnos la comida. Y la verdad es que es buena idea, porque muchas veces, estás viendo algo, y en el momento más emocionante te entra hambre, y ahora que si hay que parar pa comer que si tal, y al final uno termina viendo las cosas con hambre, y cuando se decide a ir a comer, ya está todo cerrado y se tiene que comer un bocadillo de queso que además está malísimo.

Así que esta vez me he preparado bien, dos cafés, un plato de ensalada, tarta de queso, un par de tortitas, un tazón de cereales, dos huevos… vaya, hasta que han empezado a llevarse la comida. Pero ha sido suficiente, aunque ahora ya tengo algo de hambre.

Después, Helena y Alberto se han ido a hacer cosas, y los demás, nos hemos ido a visitar la ciudad antigua. Al entrar, nos asaltó un tipo diciendo que nos podía hacer de guía, en español, por 100 shekels, por persona (unos 20 euros). Cuando le dijimos que eramos siete, nos ofreció hacernos una rebaja, pero en verdad no queríamos guía. Así que el supuesto guía sed quedó rebajando cada vez más el precio, y diciendo que nos arrepentiríamos de no contratar guía, porque nadie nos contaría (léase nadie se inventaría) la historia de la ciudad. Así que entramos en el meollo. Tienduchas, tienduchas y más tienduchas. Todas para turistas. Era como un zoco (creo que era como un zoco, en verdad no estoy muy seguro de lo que es un zoco). Me he comprado un sombrero, que me hacía falta para el Sol, y una camiseta. El caso es que no he regateado y yo creo que esa gente esperaba que regateara, pero no se. En fin…Al principio estaba bien, además había una diversidad cultural muy divertida. Podías encontrar tiendas de cualquiera de las tres culturas que conviven aquí en cualquier momento. He incluso tiendas con cosas mezcladas. Pero estuvo bien. Luego fuimos al santo sepulcro, pero había mucha, mucha gente. De todas formas, no importó. El edificio estaba muy bien, antiguo y tal, y se podía bajar un poco a las catacumbas, y verlas y bueno, hice algunas fotos. Luego no sé muy bien a cuento de qué, si sería una misa o algo así, pero un grupo de ¿monjes? empezaron a cantar en una habitación contigua a la sala grande donde estaban todos los turistas, y alguien mientras tocaba el órgano. Pero la sala donde cantaban estaba cerrada, y había otro monje en la puerta, controlando. Estuve escuchándoles un rato, y luego me salí.

Estuvimos paseando un rato más, la familia aprovechó para comprarse cosas, y finalmente, más por ganas de ir al servicio que por otra cosa, entramos padre, hermano y yo, a un local a tomar una cerveza (bueno, Ezequiel se tomó una cocacola) y los demás, que dicho sea de paso son unos sosos, no quisieron ni siquiera entrar.

Así que cuando salimos, madre, hermano y prima marijose, se volvieron en taxi, para aprovechar la piscina del hotel. Los demás, emprendimos el camino andando. Por el camino, pasamos por una oficina de Hertz, y preguntamos precios, por si me da por ahí (seguramente, mañana). Luego hablamos de ir a El Cairo, o a Petra…., el caso es que poco después, primo y prima se demarcaron del grupo y dijeron que ellos también se volvían para el hotel, por lo que nos quedamos solos padre y yo. Fuimos al museo del holocausto, y al museo del libro, pero cuando llegamos, ya estaba cerrado, así que emprendimos camino de regreso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso te iba a decir, que no te fies mucho de la autenticidad de los lugares sagrados. La mayoría (por no decir todos) fueron "identificados" como muy pronto durante la época del emperador Constantino, ya que antes el cristianismo no interesaba a nadie y eso fue unos 300 años después de que palmara el Yisas, chispa más o menos. El método base empleado dependía de revelaciones divinas y similares (huelga decir que la revelación de lugares por parte de entes espirituales no está actualmente contemplada entre los procedimientos arqueológicos autorizados por la comunidad científica) por lo que si acertaron con algo fue de casualidad y lo bueno es que por tradición hoy en día se siguen aceptando tales descubrimientos como verdades incuestionables (pregúntale si no a cualquier monje ortodoxo que veas por allí).

Como dato curioso, incluso Elena (la madre del emperador Constantino, hoy en día santificada como Santa Elena) tuvo también su revelación arqueológica divina y viajó a Jerusalem dispuesta a encontrar la auténtica cruz de Jesús y los restos mortales de los reyes magos, (entre otras cosas) y lo peor es que encontró todo lo que se propuso, fíjate tú que curioso.

Otro día si quieres te cuento más cosillas, que ahora me voy. Enga tú, pásalo bien, weee y tal.

Estefanía dijo...

Buenas!
Que envidia!
has visitado el primer museo del patrimonio de la resistencia judia y el holocausto!!Espero que hayas sacado fotos :D.
Mi primo estuvo el año pasado (creo) tambien en Israel y eso de ofrecerse como guía es bastante común.Creo recordar que el museo de la diáspora judia le gustó bastante,asi que ya me contarás,si vas , que te pareció.Un besote :)